lunes, 17 de octubre de 2011

Poemas de Jorge Teillier

Un desconocido silba en el bosque
               
Un desconocido silba en el bosque.
Los patios se llenan de niebla.
El padre lee a sus hijos un cuento de hadas
y el hermano muerto escucha tras la puerta.

Se apaga la ventana
la bujía que nos señalaba el camino.
No hallábamos la hora de volver a casa,

pero nos detenemos sin saber dónde ir
cuando un desconocido silba en el bosque.

Detrás de nuestros párpados surge el invierno
trayendo una nieve que no es de este mundo
y que borra nuestras huellas y las huellas del sol
cuando un desconocido silba en el bosque.

Debíamos decir que ya no nos esperen,
pero hemos cambiado de lenguaje
y nadie podrá comprender a los que oímos
a un desconocido silbar en el bosque.

La ventana abierta
               
Todas las nubes 
me anunciaban que tú llegarías
 
cuando despertaba para volverme
 
hacia la ventana secreta de los sueños.
 
Pero tú debías extraviarte:
 
los pájaros se comían las migas
 
que sembraba para señalarte el camino.
 

Alguien vestido siempre de negro te vigilaba
 
y quería transformarte en otra
 
para que yo no te reconociera.
 


Juegos 


Los niños juegan en sillas diminutas,
los grandes no tienen con qué jugar.
Los grandes dicen a los niños
que se debe hablar en voz baja.
Los grandes están de pie 
junto a la luz ruidosa de la tarde 

Los niños reciben de la noche 
los cuentos que llegan 
como un tropel de terneros manchados,
mientras los grandes repiten
que se debe hablar en voz baja.

Los niños se esconden 
bajo la escalera de caracol 
contando sus historias incontables 
como mazorcas asoleándose en los techos
y para los grandes sólo llega el silencio
vacío como un muro que ya no recorren sombras.







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